La batalla por la mente
Las ideas se combaten en la mente del individuo. Romanos 12:2 nos recuerda la importancia de nuestra mente: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que comprobando discernáis cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno y agradable y perfecto.” (ESV) Entonces, ¿cómo renovamos nuestra mente? Meditando y pensando en la palabra de Dios. La razón de esto es para que no lleguemos a ser como el mundo. Hay dos palabras claves en este versículo que tienen una aplicación directa para nosotros.
La primera palabra es “conforme”, y esta palabra se usa en relación con el mundo. La palabra griega para conformado es syschēmatizesthe, que significa "seguir el mismo patrón que...". Aquí es donde obtenemos la palabra esquemático: un diagrama que una persona sigue para crear lo mismo una y otra vez, como un cortador de galletas. El mundo quiere que todos sean iguales a los demas pero diferentes a Dios, diferentes a Cristo, ignorantes de las cosas que son de Dios y de la piedad. Pronto podemos ver que al ajustarse a las ideas filosóficas actuales, las ideas religiosas erróneas actuales es exactamente lo que el mundo quiere. Si permanecemos ignorantes de la batalla a nuestro alrededor y nos amoldamos al mundo, terminaremos haciéndonos como el mundo y nosotros mismos lucharemos contra el mismo Dios.
La otra palabra es “transformado”. Esta palabra griega metamorfousthe, implica cambiar después de estar con alguien o cerca de él. Aquí significa estar cerca de Dios y la piedad. Obtenemos la palabra metamorfosis de esta raíz. Esto es tomar algo que era una cosa y se convierte en algo totalmente diferente. Este es el propósito de la apologética, tomar un ataque y convertirlo en una respuesta. Para ayudar a una persona que tuvo un pensamiento y ayudarla a transformar su forma de pensar.
Romanos nos dice que debemos de ser transformados, es nuestra mente que debe ser transformada atraves de las escrituras. Nuestra mente es renovada cuando estudiamos la palabra de Dios. Estudiando la Biblia le da la herramienta al Espiritu Santo para que èl transforme nuestro pensar.